Ingobernablemente triste...

Hay guerras que se pierden, cómo un grito largo y sin eco.
Hay vidas que si viven como la sala de espera de un hospital .
Ser tristes de forma ingobernable como las celdas desgastadas de una prisión vacía, como las lombrices que se arrastran repitiendo tu nombre.
Hay  muertes que se esperan, como el horror de un niño que ha pisado un pájaro y reconoce a la muerte por primera vez  ella sobrevive entre el suicidio y su interrogatorio.
Alguna vez soñamos sueños parecidos a una revolución, prometimos acabar con el mundo pero el mundo acabo con nosotros sin tener que prometerlo, ingobernablemente  triste y ahora solo.
Cuanto desgobierno, nosotros y está guerra incivil contra la tristeza.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Carta para el amor de mi vida

El tren de la vida

El amor y el tiempo

¿por qué, siempre te elijo a ti?